[Consejo] Pedir amor en la prosperidad universal

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Estamos acostumbrados a pedir amor, a pedir que alguien llegue a nuestra vida para llenar espacios que queremos compartir como pareja, pero antes de poder recibir amor, primero debemos aprender a definir claramente lo que queremos alcanzar en nuestra relación de pareja.

La vida nos quiere felices, quiere que tengamos un compañero, amor verdadero, pasión, romanticismo, complicidad, siendo uno mismo y aceptándonos mutuamente el uno al otro.

La ley de la atracción nos dice que atraemos lo que pedimos, lo que deseamos, lo que imaginamos. Por lo que hay que transformar nuestros pensamientos en positivos, generando un imaginario ideal que sólo nos traerá lo bueno a nuestras vidas.

El primer paso es pedir, sabiendo lo que queremos, si es necesario siéntese a escribir lo que desea y hágalo en tiempo presente. Pida, no tenga miedo, pues es un decreto que usted manifiesta al universo.

Luego, como paso siguiente es tener Fe. Confiar en lo que pidió ya es suyo. Crea en lo que no pueda ver, en lo intangible. Hay que cultivar la Fe total y absoluta, pues a través de la Fuerza creativa todos los sueños se pueden hacer realidad, pero vendrán en el momento exacto que tengan que llegar.

Cuando aprendemos a pedir, creer y sentir que lo que pedimos es nuestro, todo el Universo se convierte para entregárnoslo.

El último paso es aprender a recibir. Sienta ahora, siéntase en la frecuencia de recibir, de agradecer, de sentirse bien, y lo recibirá.

Nuestras peticiones llegarán en el momento oportuno, sólo pida, tenga fe y reciba, sin miedos, sin peros, sin prejuicios. Cuando se pide con fe, el universo se transforma para darnos lo que solicitamos. Llénese de dulzura, amabilidad, romanticismo, felicidad y agradecimiento, pues lo que pedimos, llegará.

Somos amor y estamos rodeados de amor, sólo hay que aprender a vibrar en su frecuencia, entregando amor sin condiciones, amando al universo, nuestra vida, nuestros sueños. Nada es imposible cuando hay amor, nada puede detener lo que estamos preparados para recibir. Sólo debemos cultivarnos para lograr ser cada día mejor y así recibir nuestro regalo con las manos y el corazón abierto.