Fenómeno Ovni: Historias del experto J.J. Benítez

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Juan José Benítez se vio obligado a abandonar el diario en que trabajaba como periodista por la terquedad del fenómeno OVNI. No se ha arrepentido nunca, aunque al principio pasó momentos muy difíciles. De su éxito da fe millones de libros vendidos y de su reputación, que a él recurriese un importante responsable del Estado Mayor para entregarle una docena de expedientes para su desclasificación.

Este año, J. J. Benítez cumple los 70 y quiere celebrar su aniversario con la publicación de Solo para tus ojos (Planeta), una selección de los 300 casos que más le han impactado.

Es casi imposible seleccionar un solo caso entre tantos como ha llegado a investigar, pero si de uno solo dependiese la credibilidad del fenómeno, por ejemplo ¿cuál escogería?

En efecto, es muy difícil porque son miles y muy interesantes. Hay uno ocurrido en Caracas, protagonizado por un reconocido médico, el doctor Sánchez Vegas. Fue en los años 60 y lo recogió la prensa local como un caso extraño, de cómo se presentó en su consulta un individuo de poco más de un metro de altura con unas características físicas muy peculiares (sin orejas, un solo pulmón, el corazón en el centro del tórax, etc.) y que vestía un traje metálico. Su procedencia era desconocida. La realidad fue aún más extraña de lo que recogió la prensa, según contó, el doctor años después: lo llamaron para atender a un herido en un barrio marginal y al acudir se encontró con un ser con graves heridas, fiebre y una infección importante en una pierna. Vestía camisa y pantalón y estaba descalzo y tenía tres dedos delante y uno en la parte posterior; en las manos tenía seis dedos, dispuestos a modo de pinzas; una cabeza desproporcionada, ojos negros muy grandes, sangre oscura… Verificó que tenía un solo pulmón dividido en dos. Lo estuvo atendiendo durante semanas en aquella humilde casa donde lo habían recogido. Comía y bebía normalmente. Cuando comenzó a hablar, le dijo en mal español que tenía que marcharse pues lo estarían buscando. Solo acertó a decirle que procedía de “lejos”. Le pidió que lo llevase a cierta aldea del centro del país, donde una familia india lo recogería; ellos sabrían qué hacer. Antes lo llevó a su consulta, donde le dio unos medicamentos y fue cuando la noticia se filtró a la prensa. El doctor prefirió inventar una historia para salir del paso. Con unos amigos llevaron a esta criatura a las coordenadas que les dio, el pueblo de San Fernando de Apure. La familia india lo recibió y lo llevaron a un claro. Un objeto en forma de disco descendió, el individuo entró en la nave y esta se elevó hasta desaparecer. Todo ello en absoluto silencio. Antes de irse, el ser le dijo al doctor que, si no moría, regresaría en 2027. Este caso me parece muy interesante porque el testigo es de primera categoría tanto porque era médico, como por el tiempo que estuvo con la criatura y por lo que llegó a ver.