Todos hemos pasado por ese día en que te pones de acuerdo con tu pareja para juntarse
después del trabajo y pasar un agradable momento juntos.
Al terminar mi primera semana, mi novio me tenía una sorpresa, me paso a buscar muy puntual a la hora de salida y nos subimos a su auto, recuerdo que iba muy contenta contándole como había sido mi primera semana, él muy atento escuchaba cada palabra que salía de mi boca.
No sé porque camino íbamos, pero llegamos a lo alto de un cerro en donde se veía todo
Santiago a nuestros pies, a lo lejos divisamos una casona y él me dice que ahí pasaremos la noche porque ese lugar era un hotel que el había reservado, me emocioné mucho por el lindo gesto que tuvo entonces comencé a abrazarlo, besarlo y acariciándolo con intención de ir más allá, detuvo el auto en mitad de la nada, se bajo, me abrió la puerta, y bajé.
Contemplamos la ciudad unos minutos y empezamos a conversar, cada vez que lo miraba y lo escuchaba hablar lo deseaba más y más.
Así que decidí tomar la iniciativa… Primero le agarre la cara y lo hice quedar pegado a mí, sentí como su cuerpo se encendía invitándome a disfruta, me deje llevar un rato por esa sensación y seguimos besándonos.
Entre besos y luces de la ciudad, nos fuimos guiando mutuamente al capo del auto, mi falda se subía, sus pantalones se bajaban. El calor del motor nos ayudo a entrar en ambiente y después de sentirnos logramos entregarnos al placer para disfrutar de nuestro amor.
