En la década de 1980, los ingenieros Adam Trombly y Joseph Kahn crearon un generador eléctrico al que se refirieron como el generador homopolar de vía cerrada. Confiando en que su generador podría producir electricidad con una eficiencia asombrosa, solicitaron una patente. Los dos jóvenes ingenieros confiaban en que su invención pondría a la humanidad al borde de un cambio energético revolucionario, ya que eliminaría la necesidad de las empresas con un monopolio sobre el mercado de la energía. Como Trombly explicó, este aspecto de su invención, que los jóvenes científicos consideraron su principal punto de venta, era en realidad la razón exacta por la que su proyecto estaba destinado a fallar por completo. Él dice que se le advirtió que existía una estructura de poder enormemente significativa en la que las empresas controlaban recursos limitados, como los medios de producción de energía, y vendían sus productos a tasas enormemente infladas al público en general. Este era un monopolio que las grandes compañías no deseaban perder, y harían lo que pudieran para detener inventos como el diseño de los ingenieros en el mercado masivo. Desafortunadamente, parece que el gobierno de EE.UU. estuvo más que feliz de ayudar a las compañías energéticas a mantener el control de su monopolio.
El primer obstáculo que encontraron los ingenieros fue una demora en la concesión de su patente por razones que no se les aclararon. Retrasar las patentes es una táctica de evasión común empleada por las grandes corporaciones y sus aliados en el gobierno para evitar que ciertos inventos lleguen al mercado masivo. No es raro que los dispositivos de energía gratuita tengan sus patentes retrasadas por décadas. En este momento, aproximadamente 5.000 patentes de varios inventos se están retrasando por razones que no están inmediatamente claras. Trombly también ha explicado que el dispositivo fue suprimido de otras maneras. Los ingenieros fueron acosados ??por demandas frívolas. A pesar de que siempre se descubrió que estos procedimientos legales no tenían ningún mérito, exigían un costo financiero extenuante para los dos jóvenes científicos. Peor aún, explicó que trece mariscales federales ingresaron a su laboratorio y confiscaron gran cantidad de sus equipos. Si bien posteriormente se reveló que los alguaciles no tenían una razón válida para actuar como lo hicieron, el equipo no fue devuelto, y los ingenieros no tenían fondos disponibles para comprar lo que necesitaban para continuar su trabajo.
Lo más inquietante de todo es que Trombly también afirma que ha sido víctima de intento de asesinato en más de una ocasión. Dijo que se había salvado con antitoxinas y una vez con una RCP tan vigorosa que sufrió una costilla rota. Todos estos eventos horribles, Trombly ha sugerido fuertemente, estaban vinculados a la campaña de acoso dirigida contra él, debido a su invención revolucionaria.
