La felicidad es una decisión

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Se nos olvida entender que ser feliz es una decisión y que, independiente de los dolores que tengamos en el alma, esa decisión hay que tomarla todos los días al levantarnos. Hay errores de concepto en la definición de felicidad que nos hacen olvidar que la felicidad es una decisión, cuando es entendida como que hay que “tener cosas”, o que hay que buscarla permanentemente como si fuese una meta o una carrera, o bien confundirla con la alegría, con estar contentos.

El secreto para ser feliz es entender que es una decisión cotidiana y, en segundo lugar, hay que ser agradecido. Nadie que no lo sea podrá tomar esa decisión. Centrarnos en lo que tenemos y no en lo que nos falta. Además, es importante desarrollar fuerza de voluntad para tomar la decisión todos los días y agregar sentido del humor. Esos son los ingredientes de la decisión que demostró mi investigación en América Latina.

La felicidad y el dolor

La felicidad y el dolor son compañeros permanentes porque uno retroalimenta al otro, es como el ejercicio de las manos en una mano uno puede tener todas las cosas felices logros cosas que te ha dado la vida y en la otra las cosas dolorosas. Las dolorosas sirven para ajustar lo luminoso y que no te pongas vanidosa, y lo luminoso ajusta lo doloroso. Son como espejos: se sirve el uno del otro para llegar a tomar esa decisión de buena forma y ahí uno logra que los dolores sean más fáciles de llevar.