El peligro de la superpoblación está volviendo a crecer, asegura el conocido entomólogo estadounidense Paul R. Ehrlich, y los gobiernos y medios de comunicación son cómplices por no advertir de las consecuencias. Ehrlich ha asegurado que la escasez de recursos acabará llevándonos a un callejón sin salida, que cambiará para siempre nuestros hábitos alimenticios: “Pronto nos estaremos preguntando si está bien comernos los cuerpos de nuestros muertos porque estamos demasiado hambrientos”. Un escenario, el del canibalismo, al que cree nos estamos acercando a una velocidad asombrosa. “Dentro de 45 años habrá 2.500 millones de personas más en el planeta”, explica Ehrlich. “Vamos camino a una guerra por los recursos. Todos tenemos que comer, y es una actividad muy destructiva”, explica el entomólogo. “Las cuestiones éticas que rodean a cómo criamos al ganado son importantes, pero son relativamente triviales en comparación con el naufragio de nuestros sistemas de soporte vital”.
Obras recientes han contribuido a poner de actualidad las viejas tesis que alertan de los efectos que la superpoblación va a generar en nuestro planeta. El último en subirse al carro ha sido el periodista Alan Weisman, autor del libro “La Cuenta Atrás”, que en una entrevista aseguraba que “durante las próximas dos o tres generaciones necesitamos bajar la población y no sólo mantenerla, porque hemos crecido mucho más allá de lo que la naturaleza quiere”. Lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia.
Ehrlich asegura que teniendo en cuenta la amenaza del cambio climático, o hacemos algo por controlar la población o estaremos perdidos. “Es muy importante no pensar cuántos hijos quieres, sino cuántos hijos puedes tener que vivan una vida maravillosa y puedan recibir una buena educación”, aseguraba el entomólogo en una entrevista el año 2011. En su opinión, “lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia, con familias de padres maravillosos que tengan tres hijos y gente que no quiera ninguno”.
