[Video] ¿Cómo lidiar con el dolor?

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Los dolores físicos a menudo aminorarse con la ayuda de analgésicos o algún otro medicamento. En cambio, cuando son producto de una dificultad emocional, este dolor suele ser difícil de tratar y tiene que pasar cierto tiempo para superarlo.

Hay quienes con el paso del tiempo aprenden a asumirlo como una experiencia enriquecedora para la vida, mientras que existen otros que lo convierten en un impedimento para seguir avanzando. En este último caso es primordial prestarle atención, ya que puede convertirse en algo crónico…

La actitud frente a la situación y las decisiones que se tomen son determinantes para volver al camino de la felicidad. En este sentido, hoy quiero compartir contigo algunos consejos que ayudan a fortalecer el alma para levantarla ante una caída.

– Tómate el tiempo que sea necesario

Sentir alivio del dolor emocional y ver todo con más claridad es algo que necesita tiempo. Aunque sentimos la necesidad  y la ansiedad de ser felices cuanto antes, a veces es mejor dejar que el tiempo cure el dolor en su debida forma…

Tómate un descanso, deja que las heridas sanen y asegúrate de recuperarte por completo para darle la bienvenida a nuevas oportunidades.

– Se consciente de tu sufrimiento

Tenemos la capacidad de observar el dolor, las angustias, las frustraciones y todos esos sentimientos negativos que nos hacen pensar que todo está oscuro.

Esta habilidad nos permite ser conscientes del sufrimiento y, de una u otra forma, nos dice que las cosas no pueden continuar así.

Elige no identificarte más con las malas experiencias, deja de alimentarte a diario con eso que te saca a flote el dolor y no dejes que se apropie de tu vida.

– Busca apoyo

Las personas que le aportan cosas positivas a tu vida son las que de verdad valen la pena. Rodéate de aquellos que siempre están buscando formas de hacerte reíro que, al menos, intentan distraerte con alguna actividad especial.

El apoyo emocional es fundamental para hacer a un lado el dolor y los sentimientos negativos que suelen acompañarlo.

Los consejos, las palabras de aliento y una simple sonrisa pueden cambiar nuestra forma de pensar ante las dificultades.