Qué grado tienes de apego, te adhieres mucho a las cosas, a la gente, o quizás eres muy de decir: “Mi casa, mi auto, mi hijo”. Creo que una vez escuché al sacerdote jesuita, Felipe Berríos, una frase que me pareció súper sana, decía que no nos convenzan que tenemos cosas, porque no tenemos nada, las cosas transitan por el lado, se pueden quedar unos días o unos meses, pero se van.
Con esto quiero que reflexionemos sobre lo mal que nos hace apegarnos, porque causa sufrimiento. Así que pregúntate si te hace mejor o peor persona el sentir que tienes más o menos. Puede que lo percibas también como un acostumbramiento a tener el mismo trabajo, a relacionarte con las mismas personas, pero si valoráramos que nada es permanente apreciaríamos todo mucho más.
Te dejo está inquietud, además que pensar de esa manera puede ayudarte a ser mucho más libre.
¡Un abrazo cariñoso!
