El invierno sería impensado sin un par de botas. Por eso, quiero contarles sobre el origen de este calzado tan especial. En principio fueron diseñadas como zapatos de trabajo, con la finalidad de asegurar la estabilidad del pie y las articulaciones. Al comienzo fue sólo privilegio de los hombres, porque las mujeres aún trabajaban descalzas.
Fue recién en 1830 que se comienzan a conocer las primeras versiones femeninas, y fue la reina Victoria de Inglaterra, la encargada de popularizarlas, y empezaron a ser decoradas de las formas más variadas, además de utilizar materiales como el cuero, la seda, incluso lienzo.
De aquello ha pasado mucho tiempo, y hoy las tenemos sumamente vigentes incluso en primavera, ya que siempre se ven impecables si deseas acompañar un vestido de estilo boho-chic.
¡Un abrazo grande!
