Historia Hot de Betsy Camino: Una mujer de negocios

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Andrea, es una elegante mujer de negocios que conocí en un viaje y me contó una de sus aventuras más estremecedoras. Hace menos de un año había sido ascendida a la gerencia general de su empresa, su nuevo cargo ostentaba de un muy buen sueldo, pero también de mucha presión y responsabilidad, por lo que su vida personal/ sentimental era prácticamente inexistente.

A los pocos meses de su nuevo cargo, llegó un nuevo gerente de área un poco más joven que ella, pero con mucha experiencia en los negocios. Las semanas pasaban, las miradas iban y venían, Andre espera todas las mañanas encontrárselo en el estacionamiento y subir juntos el ascensor, su atractivo y su actitud, sin duda la habían cautivado, pero se resignaba a pensar en él y quería dejar atrás las fantasías en donde se imaginaba que estaban juntos en la cama. Eso la desconcentraba y la sacaba de sus autoimpuestos objetivos laborales.

Un día prefirió no ir a la oficina y llegar a revisar sus informes cuando todos y en especial él, no estuviesen en la oficina. Se bajo de su auto con la secreta esperanza de encontrárselo en el estacionamiento, entró a su oficina, se sirvió un vaso de agua y se sentó en la mesa. De repente escuchó algunos ruidos ¿Tú vas a ir con nosotros? No, tranquilos vayan no más Shuuuuu está la jefa. Disimuladamente hizo como que estaba ocupada, los ejecutivos pasaron y ella les sonrió con una seña. A los 15 minutos llegó él ¿Muy ocupada? Acá un poco, revisando unos informes. No te vi hoy durante el día Ah, es que estaba haciendo algunos trámites En ese preciso momento, Andrea sentía que tenía todo a su favor, los años demás no parecían ser un problema, al contrario eran un gran atractivo. Ella empezó a insinuarse más y más, poniéndolo muy nervioso. A medida que avanzaba la conversación, iban subiendo los ánimos, las risas y los roces hasta que el momento del beso llegó y en menos de un segundo Andrea le desabrochaba la camisa, su cuerpo era perfecto, ella lo acaricio lentamente hasta llegar al botón de su pantalón, lo desabrochó también, se puso sobre él que al mismo tiempo intentaba desabrochar la blusa de ella. Volaron las camisas, voló su pantalón y la falda de Andrea, la oficina estaba convertida en una montaña de sensaciones, con eternos sube y baja que casi los hacían llegar al cielo. Ella mira a su alrededor, ve el reflejo de ambos en la mampara y se da cuenta de lo sensual de la situación, eso gatillo en su mente y cuerpo una infinita ola de placer que los recorrió de pies a cabeza.

Al día siguiente Andrea llegó radiante a la oficina, los informes que habían revisado lograron aumentar las acciones de su empresa, sin duda una muy buena dupla y una muy buena mujer de negocios.