Historia hot de Daniella Chávez: “El ardiente chofer”

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A Marcela la conocí en una tienda, ella era una acomodada mujer y vivía en una casa rodeada de lujos. Su marido, como todo hombre de negocios viajaba mucho por el mundo y la abandonaba por meses. Bajo esta situación el matrimonio iba de mal en peor y el cariño solo se reemplazaba con regalos caros. Marcela ya estaba muy apestada de esta situación, a su vida le hacía falta amor, calidez y por sobre todo aventuras.

Un nuevo mes y su esposo volvía a embarcarse. Marce siempre pensaba que él tenía otros romances y ya no estaba dispuesta a desperdiciar más tiempo, quería volver a sentirse viva.

Esa noche decidió salir con sus amigas, se arregló y pidió un auto para evitar que el encuentro se saliera totalmente de control.
Llegó el auto, era de lujo, se bajó un apuesto hombre y le abrió la puerta, ella lo miró y coquetamente le sonrió. La dejó donde sus amigas e intercambiaron teléfonos, así ella lo llamaría para que la llevara de regreso a casa.

Después de unas cuantas horas, se subió al auto un poco mareada y risueña. Hablaron un poco y llegaron a la casa. Ella absolutamente deshinibida lo invita a pasar y con eso, declaró que su objetivo iba a estar junto a ella en el living de su casa.
El tipo del auto alucinó con el lugar, Marcela le ofreció un vaso de agua y comenzaron a conversar. Ella no recuerda exactamente en qué momento terminaron enredados en su habitación, él estaba sobre ella, con el torso desnudo y fornido, su hambre era voraz y quería vivir la fantasía de hacer suya a una adinerada clienta.

Por su parte Marcela, vivía su propia aventura mental, cada beso, cada pequeño roce de su piel, el contacto de sus dedos, la estaban haciendo sentir cosas que no vivía hace años. El placer de estar con este desconocido y la forma en la que él se lo hacía, la hicieron desvanecer de placer más de una vez, inundando la casa de gemidos sin importar lo que los otros pensaran.

Desde ese día Marcela vive en una constante fantasía: él es su chofer y todos los días pasa puntualmente a buscarla a las diez, la sube al auto y la lleva a recorrer distintos lugares de la ciudad para llenarla de momentos de lujuria una y otra vez.