[Historia Hot] Hay más magia en el sur

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Las aventuras de la adolescencia son difíciles de olvidar ya que en ellas vivimos los primeros encuentros que alborotaron nuestras hormonas. Una de esos fue el que viví con Ricardo, un amigo de Gabriel el hermano de Valentina que era en ese entonces mi mejor amiga.

Nos conocimos en un asado familiar de la Vale, recuerdo que me gustaba porque era simpático, amoroso y no nos trataba como cabras chicas. Un día la familia de la Vale volvió a hacernos una invitación a Ricardo y nos fuimos de vacaciones de invierno a Chiloé, al llegar nos alojamos en la casa de otros familiares. En una pieza dormían los papás, en otra Gabriel y Ricardo y en la más chica la Vale y yo.

Los días eran muy entretenidos, salíamos a conocer islas cercanas y hermosos paisajes sureños. Yo me estaba convirtiendo en alguien muy cercana a Ricardo, conversábamos, me contaba anécdotas y leyendas de los bosques, era muy amable conmigo y yo trababa de seguirle el juego en todo, no quería que me viera como una hermana chica, si no que como alguien a la par.

Un día la familia fue a visitar a unos tíos, Valentina y Gabriel estaban obligados a asistir y a Ricardo y a mí nos dieron la posibilidad de quedarnos en casa. Empezamos a preparar un queque para la once, había un acercamiento distinto entre nosotros, no aguante más, mi cuerpo actúo por mi corazón, lo abrace por el cuello, me correspondió tomándome por la cintura, me miró a los ojos y me dijo: “¿Qué?”, en ese momento lo besé, sentí como su corazón palpitaba y como poco a poco su cuerpo se iba excitando.

“Vamos a mi pieza” le dije, sin ningún pudor. Nos acostamos en mi cama, los besos y caricias iban y venían, con cada roce podía sentir las ganas que él tenía por entrar en mi y eso me hacía sentir más deseo. Sacó mi polera, luego mi sostén, comenzó a acariciar mi espalda, mi pecho, besó mis hombros, yo desabrochaba su pantalón, mientras él comenzaba a bajárselo, en eso se escucha un toc- toc : Daniela estás ahí, nos tuvimos que devolver a la casa, pero están todos mis tíos abajo para que
hagamos un asado. Oye ¿el Richi salió?

Ese día y los 10 días que nos quedaban hicimos magia y pasamos absolutamente desapercibidos.