La actividad demoniaca está creciendo de manera alarmante. Quien así se manifiesta es uno de los exorcistas más conocidos del mundo, el padre Vincent Lampert, que ostenta este cargo en Indianapolis desde 2005. Cada vez los obispos están más concienciados con respecto a la lucha contra Satanás, y por ello más sacerdotes son formados y designados exorcistas por sus obispos.
Además de dar charlas a laicos y sacerdotes sobre los verdaderos y reales peligros del mal, el padre Lampert afirma que él está notando un aumento del número de personas que participan en rituales satánicos y que se abren al mal.
“El problema no es que el demonio haya aumentado su juego, sino que más personas están dispuestas a jugar”, asegura este exorcista estadounidense. Y se refería sobre todo al contacto con el ocultismo. Según este sacerdote, “donde hay actividad demoníaca, siempre hay un punto de entrada”.
El padre Lampert coincide con la opinión generalizada que se dio en la reunión a la que asistió en Roma de la Asociación Internacional de Exorcistas de que hay una gran necesidad de exorcistas en las diócesis y que los que hay actualmente no son suficientes. Cuando fue nombrado exorcista por su obispo en 2005, sólo había otros 12 como él en EE.UU. Ahora hay unos 50 exorcistas que él conoce personalmente en los Estados Unidos, más algunos otros que no conoce.
Monseñor John Esseff. ha sido sacerdote durante 63 años y exorcista en la diócesis de Scranton, Pensilvania, durante más de 40 años. Este veterano exorcista dice estar esperanzado por el hecho de que cada vez más son los obispos que son conscientes de su papel como “exorcista jefe de la diócesis” aunque alertó de que “también hay cierta resistencia de la realidad de Satanás” en el seno de la Iglesia, entre sacerdotes y obispos que consideran como si sólo existiera el mal y no “el diablo”.
