Cuán preparada estás para enfrentar el fallecimiento de tus seres queridos, para soltarlos, si los ves mal, si se ven cansados. Me refiero a esa preparación para decirles está bien, descansa en paz, cómo te sientes para esas circunstancias.
Claramente nadie está listo para eso, pero uno con los años va aprendiendo y tomando una postura con los afectos, que tiene que ver con el desapego. Y también tiene que ver con la visión que uno tenga, por ejemplo, las personas que creen que todo se acaba aquí, viven todo esto con mucha más angustia.
En lo personal, estoy convencida que uno no se muere sino que trasmuta, que deja el cuerpo pero está en otro estado. Te invito a hablar sobre ello, idealmente en familia, creo que es una conversación necesaria.
¡Un abrazo grande!
