La idea para este tipo de pieles es usar un tono que destaque utilizando el contraste, pues este es el punto que hace sobresalir y conectar perfectamente con estos tonos de piel.
Blanco: Es un clásico que te ayudará a sobresalir y te hará ver increíble, pues es elegante, sofisticado y sensual.
Verde: Es un color fresco, llamativo, fácil de combinar y que nos aportan para looks de día o para la noche. De preferencia verde militar y verde esmeralda, evitando aquellos que tienen mayor tendencia al amarillo.
Pasteles: Son tonos claros que darán vida con un poco de color, amarillo, celeste, verde y rosa no podrán faltar para refrescar tu estilo.
Amarillo: Color alegre por excelencia, brillante y queda muy bien con las pieles morenas. Si te cuesta más al principio, comienza con un mostaza.
Naranja oscuro: Roba las miradas, otorgando vitalidad.
Azul: El azul oscuro con la piel morena queda perfecto. Lo ideal es usarlo en la parte superior para dar luz a la cara. El azul cobalto es un color que te hará destacar.
Rojo: En todos sus tonos, es un color fuerte, llamativo, que refleja seguridad y fortaleza.