Resulta inevitable que una separación genere un impacto en la vida de los hijos, pero es posible aminorar ese proceso si se les explica claramente que ellos no son culpables, y dependiendo de la edad que tengan, hay que dejarles bien en claro que siempre estarán al pendiente de ellos.
Si te resulta muy complicado, te invito a seguir estas pautas psicológicas que son claves, y que pueden ayudar mucho en este proceso. Una de ellas es decirles, ojalá en pareja, cuál es la situación; expresarles que se les ama muchísimo, que ellos no pueden hacer nada para juntarlos, y que no son responsables.
También hay que aclararles que se divorcian como matrimonio, no como padres, y que esa unión los va a acompañar siempre. De esta forma se evitan heridas, porque éstas surgen cuando los niños son usados como estrategias de poder, para manejar asuntos económicos, en la que claramente los hijos no tienen que estar.
Por último, deben tener mucha paciencia, y procurar seguir dándoles todo el amor que como padres les pueden entregar.
¡Un abrazo!
