Con sólo tres años de edad, la sudafricana Joey Verwey contaba increíbles historias, que era capaz de recordar de sus previas diez reencarnaciones. Ella narraba unos extraños recuerdos de manera muy detallada e inusual, recuerdos que se extendían desde la temprana Edad de Piedra hasta el final del último siglo. Cuando tenía cinco años, programaron una reunión con maestros de parapsicología y otros expertos. Cada uno llegó a la conclusión de que la niña había experimentado la reencarnación.
En su primera vida ella dijo ser un hombre de las cavernas hace más de doscientos millones de años. Otros recuerdos incluyen ser perseguida por un dinosaurio e incluso dejar atrás sus herramientas en una cueva. Todos sus recuerdos parecen ser muy reales. Ella fue capaz de llevar a los investigadores a la cueva de sus recuerdos en Sudáfrica, la cual nunca había visitado antes, estas fueron las mismas cuevas donde se descubrió por paleontólogos el eslabón perdido entre simios y humanos. En otra vida, ella recuerda que llevaba un pesado velo sobre su rostro y haber visto a un elefante con un carro que llevaba a una princesa. Joey también describió con facilidad y convicción su vida como un esclavo egipcio explicando acerca de las técnicas de pavimentación de las carreteras con extraordinario detalle. Por otra parte, dijo que fue un cristiano perseguido por el emperador romano Nerón en el siglo I y que se encontró con San Pedro.
En otra de sus vidas, en Sudáfrica, a principios de 1900, Joey recuerda haber crecido como la nieta del presidente, también recordó que tuvo diez niños y dos maridos. Sobre la investigación de esta increíble historia, se logró encontrar que una de sus hijas en la otra vida estaba todavía viva y que tenía noventa años. Cuando Joey tenía cinco años conoció a su hija de una vida anterior, la mujer anciana dijo que la joven Joey al instante le recordó a su madre y luego las dos tuvieron una larga conversación sobre los detalles de su vida pasada juntas.
